jueves, 1 de abril de 2010

Echando todo a perder

Todo pintaba de diferentes colores… estoy segura que eran matices diferentes a estos… te juro que eran sombras más claras… ¡contrastes más vivos!... paisajes más nítidos.
No. No, no, no. ¡No me gusta este cuadro!
Puedo arreglarle algunos detalles todavía. Pero va a seguir sin gustarme.
¡Lo voy a tirar a la basura! No, no… no se merece tampoco ser destruido.
¡Pero tampoco puede llevar mi firma!
Maldita sea, ¿a que hora se me ocurrió ponerle esta combinación?
Sí, sí ya se que al principio me pareció buena idea… ¿y qué? Pues no lo es, y ahora ¿qué?
Puedo empezar de nuevo… la verdad me da mucha flojera… una idea mala siempre saldrá mala y punto.
El lienzo no hace nada más que gritar lamentos, ya no quiero escucharlo, ¡tápalo ahorita mismo!
Ojala todo fuera magia… no hay nada mas que la magia. Pero no es, no es ¡no es!
Nunca nadie dijo que sería fácil.
Echando a perder se aprende.
Bueno ya… no lo tires todavía, pero bótalo en el desván, que se llene de polvo y telarañas, a lo mejor y así se vuelve más bonito un día que lo limpie otra vez.

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