jueves, 22 de abril de 2010

I say, it is all about our minds

Oscar Wilde said, “Art is not to be taught in Academies. It is what one looks at, not what one listens to, that makes the Artist. The real schools should be the streets”.

It is not what one looks at or listens to that makes the artist, it Is the way one expresses what it looks like and listens to.
A person becomes an artist when it gets to put together images in its mind, sounds, feelings and colors and its able to express them altogether in one master piece.

I think both, academies and streets, make up the whole identity of the artist. Not all academies teach the same way and not all the streets necessarily inspire artists to create. I think that the important matter here is the situation in which the artist is involved.
In my personal experience, streets have been great teachers for me. Outside the borders of your daily routine and the street of your house exist thousands of wonders, and I’m not talking about just situations or graffiti, there are people in every corner from who you can learn, hidden artists who I like to call: life teachers, like one that I found at the plant market of Xochimilco.
He was an old man, he had been a bricklayer and now he makes extraordinary sculptures made from concrete. Even though he never assisted a secondary school, he was brilliant, and he was a real artist. I learned so much that day, even when I made my way back home, I couldn’t help to shed some tears of happiness for what that man had taught me: In art, everything is possible and a real artist is humble, selfless. It was just beautiful.

Now, is true that you wouldn’t find this kind of experiences in academies, but I believe that those institutions help you find coherence to those experiences and ideas, they help you get more knowledge and technique, and it gives you the power to create fine art. Academies are made to improve your abilities.

Is the way one expresses what it looks at and listens to that makes the artist.
Streets are inspiration, academies are tools.
But the mind of the people and its expression is what makes up the artist.
The mind of the artist is art itself.

jueves, 1 de abril de 2010

G.K. Chesterton III

V. La bandera del mundo.

Un optimista es un hombre que cuida los ojos y un pesimista un hombre que cuida los pies. Todos debemos una sana moralidad, a los errores baratos.
El punto no es que este mundo sea demasiado triste para ser amado o demasiado alegre para no serlo; el punto es que cuando se ama algo, su alegría es la razón de amarlo y su tristeza la razón de amarlo más. Los hombres no amaron a Roma porque fuera grande. Fue grande porque la amaron. El hombre más indicado para arruinar el lugar que ama, es precisamente el hombre que lo ama por una razón. Podría concluir en completa irrazón, porque tiene una razón.
No cultivaron la valentía. Lucharon por la reliquia y descubrieron que se habían hecho valientes.
El hombre que mata un hombre, mata un hombre. El hombre que se mata, mata a todos los hombres.
La imaginación de que el cosmos no era vasto y vacío sino pequeño y confortable, ahora tenía un significado; porque cualquier obra de arte puede ser pequeña para la mirada del artista.
Pero ahora fui realmente feliz, porque había aprendido que el hombre es una monstruosidad.

VI. Las paradojas del cristianismo.

La vida no es ilógica; pero es una trampa para los lógicos. No simplemente que deduzca verdades lógicas, sino que cuando repentinamente se vuelve ilógico, es que ha encontrado una, diremos, ilógica verdad. He comenzado a sentir la filosofía cristiana tal como si fuera uno de esos milagros. El racionalismo me hizo pensar si la razón servía para algo. Deduje simplemente que el Cristianismo debía ser más magnífico y más perverso de lo que creían. Lo leí y lo creí, y de no haber leído algo diferente, seguiría creyéndolo.
La única objeción que se puede poner a la religión cristiana, es decir simplemente que es una religión.
Una institución histórica que nunca acierta es en realidad tan milagrosa como una que no puede equivocarse. Siempre la creencia mitiga el silencioso choque de dos emociones impetuosas. Porque Alicia tiene que volverse pequeña para entrar al País de las Maravillas. En esa mezcla se pierde la poesía de ser orgulloso y la poesía de ser humilde.
Es lo que yo llamo presentir las excentricidades ocultas de la vida. Es fácil ser un loco; es fácil ser un hereje. Siempre es fácil dejar que el mundo se salga con la suya; lo difícil es salirse con la de uno mismo.
Este es el asombroso romanticismo de la Ortodoxia. Y veo a la verdad tremenda vacilante, pero erguida.

Echando todo a perder

Todo pintaba de diferentes colores… estoy segura que eran matices diferentes a estos… te juro que eran sombras más claras… ¡contrastes más vivos!... paisajes más nítidos.
No. No, no, no. ¡No me gusta este cuadro!
Puedo arreglarle algunos detalles todavía. Pero va a seguir sin gustarme.
¡Lo voy a tirar a la basura! No, no… no se merece tampoco ser destruido.
¡Pero tampoco puede llevar mi firma!
Maldita sea, ¿a que hora se me ocurrió ponerle esta combinación?
Sí, sí ya se que al principio me pareció buena idea… ¿y qué? Pues no lo es, y ahora ¿qué?
Puedo empezar de nuevo… la verdad me da mucha flojera… una idea mala siempre saldrá mala y punto.
El lienzo no hace nada más que gritar lamentos, ya no quiero escucharlo, ¡tápalo ahorita mismo!
Ojala todo fuera magia… no hay nada mas que la magia. Pero no es, no es ¡no es!
Nunca nadie dijo que sería fácil.
Echando a perder se aprende.
Bueno ya… no lo tires todavía, pero bótalo en el desván, que se llene de polvo y telarañas, a lo mejor y así se vuelve más bonito un día que lo limpie otra vez.

G.K. Chesterton II

IV. La ética en el país de los elfos.

¡Ah! Sí, cuando se es joven, se tienen esos ideales abstractos y esos castillos en el aire; pero llegando a la madurez, todos se desvanecen como nubes y se empieza a creer en la política práctica, a usar los medios de que se dispone y a reconciliarse con el mundo tal cual es.
Y no he perdido en absoluto mis ideales; mi fe es fundamentalmente exacta a lo que ha sido siempre. El hombre, es algo más imponente que los hombres; algo más sorprendente. El vulgar hombre sobre sus dos piernas, como tal, debería ser sentido como algo más emocionante que cualquier música, más sorprendente que cualquier caricatura. Morir es más trágico que morir de hambre. Enamorarse es más poético que languidecer en poesías.
El sentido milagroso de lo humano en sí, debe ser siempre algo más vívido para nosotros que todas las maravillas del poder, de la inteligencia, del arte o de la civilización.
Mientras la fantasía sea fantasía innata, puede ir tan lejos como le plazca. Las cosas en las cuales más creía entonces, las cosas en las cuales más creo ahora, son los llamados “cuentos de hadas.” El país de las hadas no es más que la radiante patria del sentido común. Estaba seguro de que existía el “hombre de la luna”, antes de estar seguro de que la luna existía.
Debemos contestar que es magia. Un árbol da frutas porque es un árbol mágico. El agua cae de la montaña porque está embrujada.
El sol brilla porque está encantado.
Solamente necesitamos cuentos. La vida resulta bastante interesante. En realidad, un bebé, pienso que aproximadamente, es la única persona que puede leer una novela realista moderna, sin aburrirse. Pero a pesar de que caminamos por las calles con una especie de admiración tardía, todavía es con admiración.
¿Puedo no agradecer a nadie el regalo de cumpleaños de mi nacimiento? Sentí y siento que en sí la vida es tan brillante como un brillante y tan frágil como un vidrio de ventana. Porque en los asuntos humanos, la variación generalmente la introduce la muerte y no la vida; el decaimiento o el quebranto de la fuerza o el deseo.
Siempre sentí que la vida, era en primer lugar como una historia; y si hay una historia, también hay un relator.