Es una propuesta interesante, les dejo el link del blog http://www.bssessions.blogspot.com/
domingo, 29 de noviembre de 2009
Para los amantes de la música
Es una propuesta interesante, les dejo el link del blog http://www.bssessions.blogspot.com/
domingo, 25 de octubre de 2009
Una película mixta sin clasificación.
Se acabó el trago. ¡Fantástica maravilla cambiante de sintonías de radio volador! Acércate sólo un poco más y despacio hazme estallar en un cielo de quince de septiembre con colores contrastantes con la obscuridad brillante de un sol sin mañana cálida de serpientes platicadoras y risueñas sin preocupación religiosa tardía en un coche a mil por hora con destino a la cazuela debajo de un arco iris sin lluvia que no cae gota por gota en una jarra de agua de limón agrio que amarra la lengua que besa una boca cantando al quinto kilómetro sin aliento y ganas de seguir corriendo y sudando en una playera color flash que sale por la cámara Kodak capturando un momento de emoción y llanto ansioso.
Tiro el envase al suelo y se rompe en añicos. ¡Vaya corazón que palpita en un paradigma de palabras y clave de sol!
sábado, 19 de septiembre de 2009
Stop the season stop the sting, a plastic mic a broken string, infected wound from a rusty ring.
-Mierda, ¡lo vi venir lo vi venir!
-¡Soy paramédica me tengo que bajar! ¡Abre los seguros, me tengo que bajar!
-¡No espérate!
-¡Soy paramédica me tengo que bajar!
…
-¡Vamos, vamos!
-Corre.
(Cruzan la calle, hay vidrios en el suelo) (Una camioneta y un auto negro chocados tapan los cuatro carriles de Av. Constituyentes)
(Gritando)
-¡Acá! Ayúdame
-¡Bájense todos! ¿Hay algún herido?
-¿Qué pasó? No vi nada, me duele la rodilla
-No mames no mames, la camioneta está echa mierda
-Señor marque al 060 por favor
-¡Ey rápido! Ayúdame a llevarlo a la banqueta
-Carajo la señora está inconciente
-Vamos, corre.
…
(En el auto negro)
-Señora responda
-¡No despierta, no despierta!
-Tenemos que despejar vías aéreas
-Está en shock
…
(En la banqueta)
-Tranquilo ¿estás bien?
-Me está entrando sangre al ojo
-¡Quédate aquí!
…
(En el auto negro)
-Bien, ya está respondiendo
-Tengo cáncer
-Tranquila señora ya viene la ambulancia
-¡Tengo cáncer!
-Tranquila señora ya viene la ambulancia
…
(En la banqueta)
-¿Estoy muy mal?
-No, sólo está hinchado pero no es nada
-Gracias
-No hay de qué
-Gracias
-No hay de qué
-¿Qué pasó?
-El coche venía en sentido contrario
…
(En el auto)
-¡Mi amor! ¡Mi amor! ¿Qué te pasó?
-Por favor señor dé un paso atrás
-¡Tengo cáncer!
-¡Mi amor todo saldrá bien!
-¡Ya llegó la ambulancia!
(En la banqueta)
-Gracias a Dios están bien
-Gracias
-No hay de qué, en serio
-¿Eres mi ángel de la guarda?
(En la ambulancia)
-¡Tenemos una señora en shock, alto grado de ebriedad, se metió en sentido contrario, alta frecuencia cardiaca!
(En la banqueta)
-¿Eres mi ángel de la guarda?
-No. Venía en la camioneta de atrás
-Eres mi ángel de la guarda
…
-¡Ya vámonos!
…
-Adiós.
viernes, 31 de julio de 2009
Entre polvo y cemento
He ido a ese mercado desde hace mucho, desde que tengo memoria, a mi papá siempre le han gustado las plantas… y no se porqué nunca había notado tantísimo arte escondido en esos puestos de alambre casi derrumbados, tal vez ese día me levanté mas impresionable que la mayoría de las mañanas. Dejemos atrás todos los jarrones y macetas (que no es que las desprecie, pero es algo más normal… igual no les quito crédito, son verdaderas artesanías), pasamos en frente de un puesto que estaba adornado de unas figuras de unos flamingos y unos pelícanos bastante curiosos, que digo curiosos, ¡si estaban muy bien hechos! Me acerqué y le di unos golpecitos a un flamingo para ver de qué estaba hecho, me llevé una sorpresa, estaba realmente duro, no como el barro ni nada parecido. Le pregunté a mi papá si sabía de qué estaba hecho, le dio unos golpecitos y echó una carcajada. ¡Órale! Están hechos de cemento. ¿Cemento? Pues sí.
En eso salió un señor ya mayor lleno de arrugas y noté sus manos. Estaban llenas de polvo gris y debajo de ese polvo se encontraban numerosas cicatrices ganadas por una vida de arduo trabajo. ¿Les puedo ofrecer algo? Les doy precio sin compromiso. ¿Cómo hace las figuras? ¿Tiene moldes? Nos sonrió con los dientes que le quedaban. No no, las hago con cemento y varillas de construcción. Con un ademán nos dijo que pasáramos.
De verdad me quedé asombrada.
Estaba llenísimo de tierra, el techo hecho de una lona azul y alambre. Había una mesa de madera, sin duda hecha a mano, donde se encontraba una figura a medio hacer, un dragoncito. En ambos costados del puesto se encontraban repisas cubiertas de herramientas y tierra, había figurillas grandes y chicas. Pajaritos, lagartijas, ranas, cocodrilos y hasta el fondo un dragón gigante echando fuego por las fauces… increíble.
Todo lo hago a mano, sólo hago pequeños modelos con alambre. Me tendió la mano con una figurilla como de 5 x 6 cm del flamingo que se encontraba afuera.
Primero doblo las varillas y hago la forma, después le doy vida con el cemento. ¡Como un edificio! Después las pinto. Nos sonreía fascinado. Acaricié la cabeza de un pajarito amarillo.
Y yo soy la que quiere estudiar arte… quería llorar. Pienso que la vida nunca es justa ¿por qué yo tengo la oportunidad de una beca? Cuando este artista escondido vende sus piezas de arte para alimentar a su mujer. Pues muchas felicidades, lo que usted hace es arte. Yo tenía los ojos llenos de lágrimas de admiración. Le estreché la mano. Sonrió y no pudo contener las lágrimas de agradecimiento. Muchas gracias. No hombre, gracias usted.
Aprendí demasiado ese día.
Por todos los artistas escondidos entre polvo y puestos. Entre humildad y pobreza.
Me volví y salí del puesto sin palabras. De camino y el resto del día me quedé ausente y callada tratando de sacar mi cara “artística”, pero después de esa mañana, me tardé un buen tiempo en tomar valor y salir otra vez.
viernes, 10 de julio de 2009
El abismo de Helm
Tambores. Tambores. Las mujeres abrazaban a sus pequeños pues los grandes se encontraban fuera, luchando por su vida. ¿Sobrevivirían a tal ataque? No tenían la más mínima idea ¿Volverían a ver a sus esposos? ¿A sus hijos mayores?
Tambores. Tambores. Dentro de la guarida nadie hablaba, las mujeres se limitaban a mirarse unas a otras con lágrimas de preocupación y miedo. Escuchaban los gritos de los hombres, el chocar de las armas, los suspiros de muerte. Podían casi oler el sudor y la sangre de los soldados caídos en la guerra que se debatía unos metros arriba del techo del abismo. Las luces de las antorchas creaban sombras que le daban un toque aún más trágico y siniestro a la escena, como si fueran las mismas sombras de los soldados en guerra.
Un cuerno sonó, refuerzos para los hombres habían llegado, las mujeres abrazaban aún más fuerte a sus hijos, como si sus hijos fueran esa luz de esperanza recobrada y a la que no querían renunciar.
De pronto, se escucharon fuertes golpes en la puerta, el pánico se abalanzó sobre la gente escondida que ahora cerraba los ojos para imaginar que estaban en algún recóndito lugar, donde no los pudieran encontrar. Donde la guerra, el miedo, el odio y la sangre no se juntaran de ninguna manera. Más golpes. ¿Serían los mismos hombres presos por el miedo que querían regresar desesperados a la guarida, o serían los mismos enemigos asesinos de sus maridos e hijos que venían por más sangre?
Nadie era capaz de moverse un centímetro, sus cuerpos se encontraban paralizados, a penas se atrevían a respirar.
Tras un último golpe, la puerta finalmente cedió. La luz blanca incandescente del nuevo día entró segando por completo a los que se encontraban dentro de la guarida. Mujeres jóvenes, mujeres viejas, niños, niñas. ¿Sería la luz del rescate, de la esperanza? …¿o sería la última luz que verían en su vida?
viernes, 19 de junio de 2009
Arte bajo el agua
viernes, 12 de junio de 2009
Colmo
Me encuentro sentada sin nada que hacer (recalcando el castigo en el que me encuentro… y odio), tengo calor y tengo sed. Estoy enojada y mucho.
¿Qué maldito sentido tiene encontrarse en este maldito estado? Trato mil veces de convencerme como siempre lo hago “ya María José todo es mental”… caray pero hoy no puedo ni conmigo… ni siquiera quise escribir primero en papel como acostumbro por fastidio a ver mi propia letra que no me gusta ni tantito.
Odio el enojo, odio el castigo, odio mi estupidez y odio mi odio.
Y ya no quiero escribir más… que absurda.
sábado, 9 de mayo de 2009
ZEITGEIST: a 10 week writing competition about the spirit of the times.
She’s sitting on her rocking chair all day long, watching the same people crossing front her door.
Days go by, night trough night, moon by moon, and she’s sitting on her rocking chair all day long, watching the same people growing old crossing front her door.
Her hair is sweetly white, her face full of wrinkles. Deep dark eyes, thin pale lips, not sure of making a smile or a sad expression; delicate soft hands holding.
Her legs ache, her back ache, her hands ache, her foot ache. And she’s sitting in her rocking chair still.
She’s all alone and thinks – happy birthday dear, another year, happy birthday dear Leonel-.
Dear Leonel has sons, dear Leonel has grandchildren, dear Leonel has great grandchildren, dear Leonel had a dear Fred, passed away long ago. She’s sitting on her rocking chair still.
Death has forgotten her for it has had to take her a few years ago.
She calls out her cat, her only company, looks at its eyes, and remembers.
Singing lullabies recalls her infancy, now whistling recalls her youth and crying recalls her loving marriage. Cries in vain, she knows he won’t come back.
Then she smiles remembering faces, young faces, grown faces, her sons’ faces, her great and grand children’s faces. Even though she has loose strength to play and enjoy with them, dear Leonel loves them, and they love her back.
Still today she’s all alone sitting on her rocking chair. But she’s ok. All alone.
Her cat looks at her eyes, if it could only understand why her eyes where so deep.
Deep in memories, some happy, some sad. Full of live, full of death, full of weakness, full of strength.
But those memories keep her alive, for every wrinkle she has it’s a different experience in life.
And every ache it’s another pill, every new pain it’s a new medical recipe. She doesn’t care about technology; she doesn’t care if that’s the cause of her so prolonged life, what she cares about its how long she’ll be next to her dear Fred.
Counting every day she makes a scratch on the rocking chair’s arm, since that fatal day. However she doesn’t want death, she wants life, she wants dear Fred alive.
From the rocking chair she can see an old portrait of her with a tall not so handsome man, with a big smile and black hair. With dear Fred holding hands.
Delicate soft hands holding.
It’s not medicine what keeps dear Leonel alive, its life itself, its love.
She’s sitting on her rocking chair all day long, watching the same people growing old crossing front her door. She looks back fondly. She looks back sadly.
And still she looks forward hopefully, just living day by day, for the years dear Fred had taken from her.
She’s all alone and thinks - happy birthday dear, another year, happy birthday dear Leonel-.
She watches the world go old with her from her front door.
It’s not medicine what keeps dear Leonel alive, its love. Its love.
miércoles, 6 de mayo de 2009
domingo, 12 de abril de 2009
Tarde que pinta la playa de colores que me pinta a mi de gris.
Seguí caminando, pensaba en lo hermoso del paisaje y cómo este se burlaba de mí y de lo irónica que es la naturaleza con el hombre. La tarde se vestía de fiesta y romance cuando yo no me podía quitar de la cabeza soledad y vergüenza. Paré y miré hacia el mar, éste reflejaba los destellos del cielo recordándome lo grande y vasto que era cuando yo no me podía sentir más pequeña e insignificante. El viento despeinaba mi pelo haciéndome caer en cuenta que lo que se despeinaba era mi mente, todo estaba invertido. Contrastaba con aquel paraje de luz y sol.
Tenía la vista perdida en el mar pensando en el por qué. Hace unos días había tenido la oportunidad de saber lo que pasaba pero no me atreví a preguntar… no me atreví a enfrentarme una vez mas con las únicas armas que poseo, mis sentimientos.
Ahora me encontraba sola y con miedo de hablarle, sintiéndome absolutamente estúpida.
Una voz me llamó, reaccioné, sonreí como siempre hago disfrazando aquellos sentimientos (como suelo hacer a menudo) y seguí caminando, no estaba sola y a pesar de eso, me seguía sintiendo insignificante. El calor me fastidió y terminamos por tirarnos al agua, les seguí la corriente y empecé a reír y juguetear con mis amigos, pretendiendo que nada había pasado, que después de todo yo seguía igual y feliz como siempre. Engañándome a mi misma. Y en el horizonte, la tarde vestida de fiesta y romance, no paraba de burlarse de mí.
lunes, 23 de marzo de 2009
Una pequeña diferencia
Detrás de esa máscara de seguridad y seriedad poco común en mi, había una niña poco segura de que le fueran a escuchar, que tenía cierto miedo de alzar su voz por ser poco común, por no ser totalmente aceptada por la mediocridad de la sociedad.
Me temblaron las manos de tal manera que tuve que tomar el micrófono y mi hoja de discurso con las dos manos. Alcé la mirada, todos los ojos estaban puestos en mí.
Tomé aire y continué leyendo, recitando aquello que había escrito una noche antes, llevada por la adrenalina de lograr un cambio.
Terminé. Aplaudieron. Aplaudieron fuerte, sonreí y agradecí con una sonrisa. No estaba segura siquiera de que lo recitado fuera realmente importante. Por lo menos aquella máscara de seguridad me ayudó a tener una buena presencia en el estrado.
Leyeron muchas ponencias más y cada vez me sentía más feliz, no era la única, por supuesto que no era la única, descubrí que quedan muchas personas todavía con moral y con escrúpulos.
Me escucharon, me aceptaron, alcé mi voz junto con todas esas personas, y logramos un cambio, de aquellos cambios que el país necesita para mejorar, nuestro México puede mejorar y hay tantas cosas que hacer.
Hoy sí tengo el derecho a opinar y quejarme por lo que está mal, pues hice lo que la mayoría de las personas no hacen, y es realmente poner soluciones a los problemas, participar y hacer que los demás te escuchen, por tan solo dos minutos, puedes hacer una pequeña diferencia, que traen grandes consecuencias.
sábado, 28 de febrero de 2009
La grandeza de lo pequeño
Hicimos este cortometraje para el VIII congreso de jóvenes de la UP. Yo digo que está bastante bien, pero ustedes tienen la última palabra.
Elegimos el tema mi huella en el mundo y para explicarlo utilizamos la ley del caos, la cual dice
que de cosas pequeñas surgen inmensidades. Nuestra visión es que no se necesita
hacer un gran movimiento, juntar masas de personas o tener fama para dejar tu huella, sino que se puede lograr a partir de cosas pequeñas de la vida diaria.
Tus acciones, aunque parezcan insignificantes, pueden resultar enormes. Una buena acción trae consigo buenas consecuencias, no solo para ti, sino para todas las personas que te rodean. Por ejemplo, tirar una bolsa de basura en su lugar puede cambiar la vida de
muchas personas, pero claro
TODO DEPENDE DE TI.
miércoles, 4 de febrero de 2009
martes, 20 de enero de 2009
¿Para qué?
dejar de soñar para actuar,
actuar para avanzar,
avanzar para lograr,
lograr para tener,
tener para sentir,
sentir para vivir,
vivir para soñar.
Y volver a despertar.
Una botella de cerveza
De pronto me quedé sola en una mesa, sentada frente a la botella de cerveza que estaba tomando. No me importó no tener una conversación con alguien mas, me gusta mucho pensar y estar sola. Me tomé lentamente aquel líquido amargo que tanto me gusta, hasta la última gota. Me paré y fui por otra botella. Al sentarme de nuevo tomé las dos botellas con mis manos, la llena y la vacía. En ese momento se me ocurrió escribir a cerca de esto, no se si sea relevante o no pero sostengo que nuestros pensamientos caben en cualquier espacio.
¿Qué es una botella? ¿Que es ese líquido ámbar que la llena? No me quiero detener en la simple explicación de que una botella es un envase de vidrio y su contenido es el resultado de un largo proceso de fermentación. ¿Qué es realmente? El contenedor de miles de penas o de incontenibles alegrías, o tan solo el reposo de la mente.
¿Qué significa para nosotros?
Celebración, desgracia, riqueza, miseria, dicha…venganza. Historias en una vieja cantina.
A veces es amargo, a veces es dulce.
A veces es fuerte y otras muy suave.
Su deseo surge de un simple gusto o de la más mortífera adicción.
La simple idea me exaltó, ¿cómo se sentiría provocar tantos y diversos sentimientos en la gente?
lunes, 12 de enero de 2009
La verdadera crisis
“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos nuestro talento y nuestras habilidades para encontrar las soluciones. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”
Albert Einstein
Totalmente cierto, en mi opinión, es la incompetencia lo que nos reserva de seguir adelante, es esa crisis que nos impide crecer y superarnos, no solo como personas, si no en un gobierno, en una institución.
Aquella persona que se encuentre en una crisis parecida, creo que no tiene aún algo que lo aliente a vivir cada día, se convierte en una rutina sin sentido.
domingo, 11 de enero de 2009
Brinqué y caí
Brinqué mil veces más y caí.
El fondo era negro, húmedo. Me encontraba tendida en el suelo, no sentía ni mis manos, ni mis pies, ni mi cara, todo se confundía, como si mi cuerpo y el fondo fueran uno mismo. No me molesté en tratar de pararme, hace mucho me había resignado completamente al seguir viviendo, no recordaba nada de lo que había pasado, tampoco sabía cual era aquel lugar. Sabía que no había luz, sin embargo no me atreví a abrir los ojos. Tenía frío, mucho frío.
-¿En donde estoy?- pregunté en voz alta. Nadie contestó.
-¿Por qué estoy aquí?- nada.
De pronto sentí una brisa cálida, seguida de una muy gélida.
Estás sola.
He estado sola desde hace mucho tiempo. No es cierto. Claro que sí. Estas equivocada. Nunca escuchaste a nadie. No tienen por qué ayudarme, no lo merezco. Ellos te querían ayudar. ¿Para qué? Nada se puede hacer ya. ¿En donde crees que estás? No lo sé ¿muerta? Ojala estuviera muerta.
Me quedé tumbada largo tiempo, el dolor empezó a comer cada parte de mi cuerpo. No era como cualquier dolor, éste no se podía ignorar, como cualquier otro que sufría todos los días. Empecé a sentir mis piernas y mis brazos, me dolían. La cara, todo dolía.
Tus papás ¿te quieren mucho sabes? Te necesitan, tus hermanos, te necesitan, tus amigos, te necesitan. A todos los olvidaste. ¿O que se te olvidó como vivir? ¿Dónde están todos esos recuerdos? El cielo azul, los rojizos atardeceres, el viento en tu cara, la exquisitita música de la risa.
Lloraba.
Los besos, las caricias.
Lloraba.
El pasto verde, el calor de sol.
Lloraba.
Las sonrisas.
¿Por qué intentas ayudarme? Porque la vida puede empezar de nuevo.
Toqué mi cara, estaba húmeda, lastimada. Traté de secar las lágrimas. Recordé.
El día estaba soleado, el sol no me calentaba. Caminé hasta no sentir los pies.
Caminé hasta llegar a un lugar que llamaba “mi guarida”, donde nada ni nadie perturbaba mis pensamientos, aunque estos no fueran los más bellos.
Me senté ahí toda la tarde, pensando en todo lo que había desperdiciado.
Contemplé el viejo acantilado, ahora lo veía como mi mejor amigo.
¿Por qué comenzar de nuevo?
Por tu familia, por tus amigos, por el arte, por la música, por el mundo.
Por ti.
Escuché una voz apagada, no podía entender lo que decía. Es hora de brincar una vez más. ¿Brincar? ¿Hacia donde?
Hacia la vida.
Abrí los ojos por primera vez. Todo era una combinación de nuevos matices, blanco, azul. Una gran luz me cegaba.
Parpadeé unos instantes, hasta que todo pareció estar claro, había brincado, caí.
Estaba viva. Sonreí.
Stalin y la Divina Comedia.
"La función ha terminado"
El público se puso en pie.
"Pónganse los abrigos de piel y váyanse a casa"
Miraron alrededor, pero resultó que no había abrigos de piel,
ni tampoco casas.
Stalin y la Divina Comedia.