domingo, 17 de enero de 2010

G.K. Chesterton.

I. En defensa de todo lo demás.

¿Cómo es posible que el mundo nos asombre y al mismo tiempo nos hallemos en él como en nuestra casa?

Traté de ser original; pero solo llegué a inventar una copia imperfecta. Porque si este libro es una broma, es una broma contra mí mismo.

II. El maniático.

La imaginación no fomenta la locura. Para ser exactos, lo que fomenta la locura es la razón. El cuento de hadas relata lo que hará un hombre cuerdo en un mundo loco. Loco es el hombre que ha perdido todo menos la razón.
¡Cuánto más grande sería su vida si usted se empequeñeciera en ella!

Es absurdo decir que avanza especialmente la liberación, cuando el libre pensamiento sólo se usa para destruir la voluntad libre.
Siempre es peligroso para la mente penetrar la mente.

III. El suicidio del pensamiento.

El hombre cuyo corazón no se ablande, acabará con los sesos reblandecidos. Sin humildad es imposible gozar de nada; ni aun de la soberbia. Pero la nueva humildad hace que el hombre dude de su meta, lo cual lo conduce a cesar su esfuerzo por completo.

El amor del héroe es más terrible que el odio del tirano. El odio del héroe es más generoso que el amor del filántropo.

Ese peligro consiste en que el intelecto humano es libre de autodestruirse. Su propia capacidad de goce destruía la mitad de sus goces. Procurándose placeres, perdió el placer principal; porque el principal placer es la sorpresa.

La evasión fracasó. La admiración frenética de la ilegalidad y la adoración materialista de la ley, terminan en la misma nada.


No es posible pensar si no hay nada en qué pensar.

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