Llueve, llueve todo el tiempo. Se asoma por la ventana. Todo afuera se ve gris claro, como si todo estuviera cubierto por ceniza. Se asoma por la ventana y no se mueve del alfeizar. Una hora, dos, cinco, ocho… un día, dos, cuatro. Un mes.
Aquella triste figura se ha convertido ya en una fotografía. Se le ha olvidado como parpadear, no puede hablar.
Los días se convierten en noches y los minutos caen como las gotas de lluvia interminable. Su cara pálida está seca y agrietada, agarrotada. Quiere gritar, no puede.
Espera.
La lluvia cesa, la ceniza se empieza a evaporar. ¿Qué es?
Un rayo de sol.
Se estremece. El sol la empieza a acariciar. Cierra los ojos. El sol le susurra –Corre.
Abre los ojos. Se amarra el faldón a la cintura y sale precipitada a la calle. Corre y corre sin detenerse. Las piernas arden de cansancio pero no se detiene. El sol le da en la cara y el sudor empieza a rodar por su espalda.
La calle va en bajada hacia la carretera. Llega al borde de un acantilado y extiende sus brazos. Un viento cálido recorre todo su cuerpo y despeina su cabello suelto y chino. El viento cesa y el sol empieza recorrer el cielo –Corre.
Sigue por la carretera jadeando y se encuentra con un campo amplio y café. Se adentra por los largos pastos dejándolos acariciar las palmas de sus manos. Empieza a girar y a girar hasta caer por el mareo. Cierra los ojos. Siente el suelo debajo de ella y guarda un puño de tierra en su bolsa.
Su nariz cosquillea y abre los ojos. Una mariposa la ve directo a los ojos. –Ya volvió, es hora.
Sonríe y la mariposa brinca al cielo luciendo sus bellas alas multicolores.
Se incorpora y sentada entre el pastizal, ve una silueta delante del sol gigante ya puesto en el horizonte. Café y dorado. La silueta extiende los brazos.
¿Quién es?
Gukland
Gukland. Nada importante
martes, 21 de diciembre de 2010
jueves, 30 de septiembre de 2010
Hombre, racionalidad animalizada.
¿Qué es el hombre? Según Boecio, sustancia individual de naturaleza racional. María José Oviedo Bisogno es única e irrepetible: sustancia individual. María José Oviedo Bisogno está consciente de estar razonando escribiendo este ensayo: claramente, naturaleza racional.
El hombre, parece ser que goza de capacidades mayores que las de sólo un animal. Por varias razones: tiene (aparentemente) inteligencia, aprensión, libertad, voluntad, inmanencia y la tendencia a trascender.
El animal, se ha estudiado, que responde sólo a instintos y por eso carece de voluntad, por lo tanto tampoco es libre. No hace uso de juicio y tampoco muestra grandes capacidades de entendimiento ni razonamiento. Eso los hace de un nivel inferior tanto en alma, inmanencia y digamos, ente, que el humano.
Ahora bien, desde mi punto de vista, somos racionales. Aunque este punto es bastante cuestionable. Hablemos del porqué.
El hombre, en su afán por conocer más, desarrollar más, querer más, se ha encargado de destruir más el planeta. Animales e instinto. Hombre, ¿instinto?: gula, venganza, lujuria, vanidad, superficialidad, ira, violencia, avaricia, pereza, envidia, soberbia. Guerra, injusticia, intolerancia, globalización, impunidad, conformidad…¡posmodernismo! Y me contradigo al decirlo porque perfectamente este ensayo es posmoderno. El hombre es tan complicado y es tan avaricioso que complica su existencia en avaricias sin sentido. El hombre es débil, cómo refleja Dostoievsky en El Gran Inquisidor.
Ahora que he acabado con el hombre… trataré de salvarlo. El hombre es débil, sí. Pero sería una falacia si afirmara que todo hombre es malo, y toda racionalidad es equívoca. El hombre sí ha hecho cosas grandes, a pesar del daño que ha hecho. El hombre sí se ha engrandecido en la historia, al igual que se ha animalizado. El hombre sí ha sabido amar, a pesar de las injusticias que provoca.
El punto que quiero tocar es que, realmente el hombre es un animal. Racional. La radicalización de las posturas es justo la debilidad del pensamiento. No es completamente racional, no es tampoco completamente animal. El problema es que el hombre se ha deshumanizado lentamente a través del tiempo y ha ignorado la voz de la conciencia, lo importante que es pensar con el corazón. Cursi, pero es cierto y necesario.
El hombre es racional. Sí. Sin embargo, la racionalidad también cae en la estupidez.
El hombre, parece ser que goza de capacidades mayores que las de sólo un animal. Por varias razones: tiene (aparentemente) inteligencia, aprensión, libertad, voluntad, inmanencia y la tendencia a trascender.
El animal, se ha estudiado, que responde sólo a instintos y por eso carece de voluntad, por lo tanto tampoco es libre. No hace uso de juicio y tampoco muestra grandes capacidades de entendimiento ni razonamiento. Eso los hace de un nivel inferior tanto en alma, inmanencia y digamos, ente, que el humano.
Ahora bien, desde mi punto de vista, somos racionales. Aunque este punto es bastante cuestionable. Hablemos del porqué.
El hombre, en su afán por conocer más, desarrollar más, querer más, se ha encargado de destruir más el planeta. Animales e instinto. Hombre, ¿instinto?: gula, venganza, lujuria, vanidad, superficialidad, ira, violencia, avaricia, pereza, envidia, soberbia. Guerra, injusticia, intolerancia, globalización, impunidad, conformidad…¡posmodernismo! Y me contradigo al decirlo porque perfectamente este ensayo es posmoderno. El hombre es tan complicado y es tan avaricioso que complica su existencia en avaricias sin sentido. El hombre es débil, cómo refleja Dostoievsky en El Gran Inquisidor.
Ahora que he acabado con el hombre… trataré de salvarlo. El hombre es débil, sí. Pero sería una falacia si afirmara que todo hombre es malo, y toda racionalidad es equívoca. El hombre sí ha hecho cosas grandes, a pesar del daño que ha hecho. El hombre sí se ha engrandecido en la historia, al igual que se ha animalizado. El hombre sí ha sabido amar, a pesar de las injusticias que provoca.
El punto que quiero tocar es que, realmente el hombre es un animal. Racional. La radicalización de las posturas es justo la debilidad del pensamiento. No es completamente racional, no es tampoco completamente animal. El problema es que el hombre se ha deshumanizado lentamente a través del tiempo y ha ignorado la voz de la conciencia, lo importante que es pensar con el corazón. Cursi, pero es cierto y necesario.
El hombre es racional. Sí. Sin embargo, la racionalidad también cae en la estupidez.
miércoles, 25 de agosto de 2010
La cuestión es... o la cuestión ¿es?
Caen las gotas, una tras otra se desploman en un sin fin de figuras que saltan y chocan en un fondo opaco color miel que huele a fresa cortada de esta mañana fresca junto a las brisas del mar azul rosado donde el sol se refleja saltarín y coqueto luciendo un labial color rojo carmín mientras la niña solitaria llora por el tiempo perdido a un amante sin gloria ni rostro que baila cada noche un danzón melancólico con olor a puro e incienso canela brillante que refleja doscientas luces de colores de invierno crudo y feroz lobo hambriento que corre tras tu espalda tomando mi mano invitando miles de citas bohemias oscuras en un jarrón valioso y garigoleado con dragones y mariposas hermosas que escupen fuego verdiazul y que dice –ven vamos a tomarnos una copa de jugo de estrella fugaz- como si fuera un espectro de luz que corre por tu cuerpo y fluye como un rock & roll de tutti frutti cuando faltan aún millones de metros de distancia entre un río flamante y otro sin luz que no alumbra y rayos que no electrocutan en una lluvia que no toca el suelo y corres pensando el ¿porqué no?
domingo, 25 de julio de 2010
Love like a sunset
Es un paisaje muy distinto. Ruido, tráfico, merengue, sol, mucho calor, viento, nubes, una tormenta, silencio. Volvía a salir el sol. Olor a tabaco y ron.
Se despertaba aquella ciudad simpática en sus menesteres de a diario, se sintonizaban las radios al ritmo de tambora y maracas, junto con ellas la fiebre beisbolera.
Entre edificios, claxons , gritos, risas y tormentas, se vislumbra el mar inmenso del caribe. Resplandeciente y hermoso. Ahí en donde toca el mar es la espalda de ésta curiosa población. Ahí donde toca el mar se encuentra el malecón, solitario, pues ésta ciudad decidió darle la espalda, como lo hace a su doloroso pasado de cuando Trujillo dictaba con mano implacable e inexpugnable.
No muy lejos del centro, en la carretera rumbo al aeropuerto, el mar se engalana de color azul turquesa, de un fondo cada vez mas claro. Crece en apariencia cada vez más serena, intacta, olvidada. Ahí donde toca el mar se vuelve un lugar mágico. Ahí donde toca el mar fui a encontrar un pequeño cementerio.
En las lápidas no se leía ningún nombre. No se escuchaba más que las olas chocar en las rocas y el viento feroz arrasando con mi pelo y mis pensamientos. Por un tiempo de cuarenta y cinco minutos estuve sentada haciendo compañía a aquellos espíritus olvidados ya. No sentí miedo. Sin embargo no sentí paz. No se con certeza qué fue eso que sentí. Algo así como incertidumbre. Envidia.
Todas las lápidas se encontraban de frente al mar. Imaginé despertar día tras día durante años incontables viendo siempre un amanecer flojo, rojo incandescente y bello. Un mar de un azul caprichoso y presumido. Sin envejecer más.
Me pregunté miles de veces el por qué del anonimato de los cadáveres que yacían debajo de la tierra en donde florecían miles de orquídeas sobre un pasto verde y mal cortado.
Aquellos dueños de un paisaje de cuento sin autor no necesitan un nombre. No necesitan de quien vaya a visitarlos pues miles de gaviotas adornan sus tumbas. No necesitan de quien vaya a dejarles flores pues crecen por cientos en su clima bendito. No necesitan de ceremonias ni lágrimas pues la naturaleza celebra ahí de los más hermosos espectáculos que se puedan ofrecer en la tierra.
Aquellos dueños de un paisaje de cuento sin autor, puedo asegurar, que en vida poseían apenas de una casa con techo.
Imaginé miles de caras, miles de voces. Hasta que pude verlas. Hasta que pude escucharlas.
Esbocé una sonrisa. Aquellas personas no le dieron la espalda al mar.
Y nunca lo harán.
Se despertaba aquella ciudad simpática en sus menesteres de a diario, se sintonizaban las radios al ritmo de tambora y maracas, junto con ellas la fiebre beisbolera.
Entre edificios, claxons , gritos, risas y tormentas, se vislumbra el mar inmenso del caribe. Resplandeciente y hermoso. Ahí en donde toca el mar es la espalda de ésta curiosa población. Ahí donde toca el mar se encuentra el malecón, solitario, pues ésta ciudad decidió darle la espalda, como lo hace a su doloroso pasado de cuando Trujillo dictaba con mano implacable e inexpugnable.
No muy lejos del centro, en la carretera rumbo al aeropuerto, el mar se engalana de color azul turquesa, de un fondo cada vez mas claro. Crece en apariencia cada vez más serena, intacta, olvidada. Ahí donde toca el mar se vuelve un lugar mágico. Ahí donde toca el mar fui a encontrar un pequeño cementerio.
En las lápidas no se leía ningún nombre. No se escuchaba más que las olas chocar en las rocas y el viento feroz arrasando con mi pelo y mis pensamientos. Por un tiempo de cuarenta y cinco minutos estuve sentada haciendo compañía a aquellos espíritus olvidados ya. No sentí miedo. Sin embargo no sentí paz. No se con certeza qué fue eso que sentí. Algo así como incertidumbre. Envidia.
Todas las lápidas se encontraban de frente al mar. Imaginé despertar día tras día durante años incontables viendo siempre un amanecer flojo, rojo incandescente y bello. Un mar de un azul caprichoso y presumido. Sin envejecer más.
Me pregunté miles de veces el por qué del anonimato de los cadáveres que yacían debajo de la tierra en donde florecían miles de orquídeas sobre un pasto verde y mal cortado.
Aquellos dueños de un paisaje de cuento sin autor no necesitan un nombre. No necesitan de quien vaya a visitarlos pues miles de gaviotas adornan sus tumbas. No necesitan de quien vaya a dejarles flores pues crecen por cientos en su clima bendito. No necesitan de ceremonias ni lágrimas pues la naturaleza celebra ahí de los más hermosos espectáculos que se puedan ofrecer en la tierra.
Aquellos dueños de un paisaje de cuento sin autor, puedo asegurar, que en vida poseían apenas de una casa con techo.
Imaginé miles de caras, miles de voces. Hasta que pude verlas. Hasta que pude escucharlas.
Esbocé una sonrisa. Aquellas personas no le dieron la espalda al mar.
Y nunca lo harán.
viernes, 25 de junio de 2010
Simplemente así es la vida
¿Qué hacemos? ¿Cómo reaccionamos,? Cuando nos damos cuenta que todo lo que conocemos, todo lo que hemos vivido, es una simple escena que tiene que pasar a campo de edición y se tiene que empezar a filmar una nueva.
¿Qué pensamos? ¿Qué expresamos? Cuando los colores que habías mezclado y creado tienen que mezclarse una vez más en un lienzo diferente. Cuando tenemos que cambiar de acuarelas a óleos.
¿Tenemos razón? ¿Existen explicaciones? Si de una carretera tenemos que tomar otra, dejando atrás el tráfico ya conocido, adentrándonos en un túnel oscuro.
¿Qué verán nuestros ojos, en el instante en el que los faros del coche alumbren los retos que esconde aquél túnel?
¿Qué más queda?
Seguir filmando. Seguir pintando. Seguir mezclando. Ponerse el cinturón de seguridad. Seguir manejando. Seguir viviendo.
¿Qué pensamos? ¿Qué expresamos? Cuando los colores que habías mezclado y creado tienen que mezclarse una vez más en un lienzo diferente. Cuando tenemos que cambiar de acuarelas a óleos.
¿Tenemos razón? ¿Existen explicaciones? Si de una carretera tenemos que tomar otra, dejando atrás el tráfico ya conocido, adentrándonos en un túnel oscuro.
¿Qué verán nuestros ojos, en el instante en el que los faros del coche alumbren los retos que esconde aquél túnel?
¿Qué más queda?
Seguir filmando. Seguir pintando. Seguir mezclando. Ponerse el cinturón de seguridad. Seguir manejando. Seguir viviendo.
miércoles, 9 de junio de 2010
G.K. Chesterton IV
VII. LA ETERNA REVOLUCIÓN
Porque la simple resignación no encierra la gigantesca levedad del placer ni la magnífica intolerancia del dolor.
Dijimos que debemos querer al mundo hasta para cambiarlo. Ahora agregamos que debemos querer a todo mundo (real o imaginario) a fin de tener un mundo según el cual podamos reformar el nuestro. Evidentemente de nada valdría que tomáramos nuestros ideales de los principios de la naturaleza; por la sencilla razón de que (excepto para alguna teoría humana o divina) la naturaleza no tiene principios. Porque ella desde el principio sostuvo que el peligro no estaba en los ambientes' donde actuaba el hombre sino en el hombre mismo. Una de las mil réplicas a la fugaz perversión de la fuerza moderna es que las más rápidas y audaces empresas son también las más frágiles y llenas de sensibilidad. Lo más veloz es lo más suave. Un pájaro es activo porque es suave. Una piedra es inválida porque una piedra es dura. Por su propia naturaleza la piedra debe ir hacia abajo porque la dureza es debilidad. Por su naturaleza el pájaro puede subir, porque la fragilidad es fuerza. En la fuerza perfecta hay una especie de frivolidad, de ventilación, que por sí misma puede mantenerse en el aire. No estamos alterando lo real para adaptarlo a lo ideal. Estamos alterando el ideal: es más fácil. Nunca pude concebir o tolerar una Utopía que no me dejara la libertad que más aprecio, la libertad de atarme yo mismo. "Tendrás obligaciones reales, por consiguiente reales aventuras, cuando llegues a mi Utopía. Pero la obligación más ardua y la más escarpada aventura es llegarse hasta ella."...no tenemos que coronar al hombre excepcional que sabe que puede regir. Más bien tenemos que coronar al hombre mucho más excepcional que sabe que no puede.
VIII. EL ROMANTICISMO DE LA ORTODOXIA
Es en sus almas, exactamente, donde está la diferencia. Quiero amar a mi vecino no porque él sea yo sino precisamente porque él no es yo. Quiero amar al mundo no como se ama a un espejo porque es uno mismo sino como se ama a una mujer porque es enteramente diferente. El amor es posible si las almas están separadas. Si se ha de salvar de influenza, el hombre puede ser un paciente. Pero si se ha de salvar de falsificar, el hombre no debe ser un paciente, sino un impaciente. También, con noble vulgaridad la vida imita al cuento y se interrumpe en el momento más apasionante. Porque es definitivamente interesante el momento de la muerte.
Porque la simple resignación no encierra la gigantesca levedad del placer ni la magnífica intolerancia del dolor.
Dijimos que debemos querer al mundo hasta para cambiarlo. Ahora agregamos que debemos querer a todo mundo (real o imaginario) a fin de tener un mundo según el cual podamos reformar el nuestro. Evidentemente de nada valdría que tomáramos nuestros ideales de los principios de la naturaleza; por la sencilla razón de que (excepto para alguna teoría humana o divina) la naturaleza no tiene principios. Porque ella desde el principio sostuvo que el peligro no estaba en los ambientes' donde actuaba el hombre sino en el hombre mismo. Una de las mil réplicas a la fugaz perversión de la fuerza moderna es que las más rápidas y audaces empresas son también las más frágiles y llenas de sensibilidad. Lo más veloz es lo más suave. Un pájaro es activo porque es suave. Una piedra es inválida porque una piedra es dura. Por su propia naturaleza la piedra debe ir hacia abajo porque la dureza es debilidad. Por su naturaleza el pájaro puede subir, porque la fragilidad es fuerza. En la fuerza perfecta hay una especie de frivolidad, de ventilación, que por sí misma puede mantenerse en el aire. No estamos alterando lo real para adaptarlo a lo ideal. Estamos alterando el ideal: es más fácil. Nunca pude concebir o tolerar una Utopía que no me dejara la libertad que más aprecio, la libertad de atarme yo mismo. "Tendrás obligaciones reales, por consiguiente reales aventuras, cuando llegues a mi Utopía. Pero la obligación más ardua y la más escarpada aventura es llegarse hasta ella."...no tenemos que coronar al hombre excepcional que sabe que puede regir. Más bien tenemos que coronar al hombre mucho más excepcional que sabe que no puede.
VIII. EL ROMANTICISMO DE LA ORTODOXIA
Es en sus almas, exactamente, donde está la diferencia. Quiero amar a mi vecino no porque él sea yo sino precisamente porque él no es yo. Quiero amar al mundo no como se ama a un espejo porque es uno mismo sino como se ama a una mujer porque es enteramente diferente. El amor es posible si las almas están separadas. Si se ha de salvar de influenza, el hombre puede ser un paciente. Pero si se ha de salvar de falsificar, el hombre no debe ser un paciente, sino un impaciente. También, con noble vulgaridad la vida imita al cuento y se interrumpe en el momento más apasionante. Porque es definitivamente interesante el momento de la muerte.
Cuentos encontrados en el fondo de un cajón
Hace mucho tiempo que no lo recordaba. Hace mucho que no daba un vistazo al fondo de mi corazón. Recordé tantos sentimientos guardados en un cajón olvidados ya, guardados bajo llave. Recuerdos de una pubertad fantasiosa y distante. Leí y releí esas páginas y páginas, sentimientos aplastados en letra tahoma 10.
Recuerdo las noches sin dormir, las miles de veces que leí sus letras. El amor escondido. El amor descubierto. El amor compartido. El amor rechazado. El amor dando un salto al vacío.
Ah la vida da mil vueltas. Tantas hasta hacernos marear y tropezar. Finalmente olvidar.
No lo recordé hasta verlo de nuevo através de la pantalla. Estaba condenada a ver su imagen através de una pantalla... recuerdo sus penas, su tristeza.
Al recordarlo sólo esperé que se encontrara bien, tan sólo eso. Y no se si alguna vez le di las gracias. Sus letras muchas veces me pintaron una sonrisa en la boca.
Recuerdo las noches sin dormir, las miles de veces que leí sus letras. El amor escondido. El amor descubierto. El amor compartido. El amor rechazado. El amor dando un salto al vacío.
Ah la vida da mil vueltas. Tantas hasta hacernos marear y tropezar. Finalmente olvidar.
No lo recordé hasta verlo de nuevo através de la pantalla. Estaba condenada a ver su imagen através de una pantalla... recuerdo sus penas, su tristeza.
Al recordarlo sólo esperé que se encontrara bien, tan sólo eso. Y no se si alguna vez le di las gracias. Sus letras muchas veces me pintaron una sonrisa en la boca.
jueves, 22 de abril de 2010
I say, it is all about our minds
Oscar Wilde said, “Art is not to be taught in Academies. It is what one looks at, not what one listens to, that makes the Artist. The real schools should be the streets”.
It is not what one looks at or listens to that makes the artist, it Is the way one expresses what it looks like and listens to.
A person becomes an artist when it gets to put together images in its mind, sounds, feelings and colors and its able to express them altogether in one master piece.
I think both, academies and streets, make up the whole identity of the artist. Not all academies teach the same way and not all the streets necessarily inspire artists to create. I think that the important matter here is the situation in which the artist is involved.
In my personal experience, streets have been great teachers for me. Outside the borders of your daily routine and the street of your house exist thousands of wonders, and I’m not talking about just situations or graffiti, there are people in every corner from who you can learn, hidden artists who I like to call: life teachers, like one that I found at the plant market of Xochimilco.
He was an old man, he had been a bricklayer and now he makes extraordinary sculptures made from concrete. Even though he never assisted a secondary school, he was brilliant, and he was a real artist. I learned so much that day, even when I made my way back home, I couldn’t help to shed some tears of happiness for what that man had taught me: In art, everything is possible and a real artist is humble, selfless. It was just beautiful.
Now, is true that you wouldn’t find this kind of experiences in academies, but I believe that those institutions help you find coherence to those experiences and ideas, they help you get more knowledge and technique, and it gives you the power to create fine art. Academies are made to improve your abilities.
Is the way one expresses what it looks at and listens to that makes the artist.
Streets are inspiration, academies are tools.
But the mind of the people and its expression is what makes up the artist.
The mind of the artist is art itself.
It is not what one looks at or listens to that makes the artist, it Is the way one expresses what it looks like and listens to.
A person becomes an artist when it gets to put together images in its mind, sounds, feelings and colors and its able to express them altogether in one master piece.
I think both, academies and streets, make up the whole identity of the artist. Not all academies teach the same way and not all the streets necessarily inspire artists to create. I think that the important matter here is the situation in which the artist is involved.
In my personal experience, streets have been great teachers for me. Outside the borders of your daily routine and the street of your house exist thousands of wonders, and I’m not talking about just situations or graffiti, there are people in every corner from who you can learn, hidden artists who I like to call: life teachers, like one that I found at the plant market of Xochimilco.
He was an old man, he had been a bricklayer and now he makes extraordinary sculptures made from concrete. Even though he never assisted a secondary school, he was brilliant, and he was a real artist. I learned so much that day, even when I made my way back home, I couldn’t help to shed some tears of happiness for what that man had taught me: In art, everything is possible and a real artist is humble, selfless. It was just beautiful.
Now, is true that you wouldn’t find this kind of experiences in academies, but I believe that those institutions help you find coherence to those experiences and ideas, they help you get more knowledge and technique, and it gives you the power to create fine art. Academies are made to improve your abilities.
Is the way one expresses what it looks at and listens to that makes the artist.
Streets are inspiration, academies are tools.
But the mind of the people and its expression is what makes up the artist.
The mind of the artist is art itself.
jueves, 1 de abril de 2010
G.K. Chesterton III
V. La bandera del mundo.
Un optimista es un hombre que cuida los ojos y un pesimista un hombre que cuida los pies. Todos debemos una sana moralidad, a los errores baratos.
El punto no es que este mundo sea demasiado triste para ser amado o demasiado alegre para no serlo; el punto es que cuando se ama algo, su alegría es la razón de amarlo y su tristeza la razón de amarlo más. Los hombres no amaron a Roma porque fuera grande. Fue grande porque la amaron. El hombre más indicado para arruinar el lugar que ama, es precisamente el hombre que lo ama por una razón. Podría concluir en completa irrazón, porque tiene una razón.
No cultivaron la valentía. Lucharon por la reliquia y descubrieron que se habían hecho valientes.
El hombre que mata un hombre, mata un hombre. El hombre que se mata, mata a todos los hombres.
La imaginación de que el cosmos no era vasto y vacío sino pequeño y confortable, ahora tenía un significado; porque cualquier obra de arte puede ser pequeña para la mirada del artista.
Pero ahora fui realmente feliz, porque había aprendido que el hombre es una monstruosidad.
VI. Las paradojas del cristianismo.
La vida no es ilógica; pero es una trampa para los lógicos. No simplemente que deduzca verdades lógicas, sino que cuando repentinamente se vuelve ilógico, es que ha encontrado una, diremos, ilógica verdad. He comenzado a sentir la filosofía cristiana tal como si fuera uno de esos milagros. El racionalismo me hizo pensar si la razón servía para algo. Deduje simplemente que el Cristianismo debía ser más magnífico y más perverso de lo que creían. Lo leí y lo creí, y de no haber leído algo diferente, seguiría creyéndolo.
La única objeción que se puede poner a la religión cristiana, es decir simplemente que es una religión.
Una institución histórica que nunca acierta es en realidad tan milagrosa como una que no puede equivocarse. Siempre la creencia mitiga el silencioso choque de dos emociones impetuosas. Porque Alicia tiene que volverse pequeña para entrar al País de las Maravillas. En esa mezcla se pierde la poesía de ser orgulloso y la poesía de ser humilde.
Es lo que yo llamo presentir las excentricidades ocultas de la vida. Es fácil ser un loco; es fácil ser un hereje. Siempre es fácil dejar que el mundo se salga con la suya; lo difícil es salirse con la de uno mismo.
Este es el asombroso romanticismo de la Ortodoxia. Y veo a la verdad tremenda vacilante, pero erguida.
Un optimista es un hombre que cuida los ojos y un pesimista un hombre que cuida los pies. Todos debemos una sana moralidad, a los errores baratos.
El punto no es que este mundo sea demasiado triste para ser amado o demasiado alegre para no serlo; el punto es que cuando se ama algo, su alegría es la razón de amarlo y su tristeza la razón de amarlo más. Los hombres no amaron a Roma porque fuera grande. Fue grande porque la amaron. El hombre más indicado para arruinar el lugar que ama, es precisamente el hombre que lo ama por una razón. Podría concluir en completa irrazón, porque tiene una razón.
No cultivaron la valentía. Lucharon por la reliquia y descubrieron que se habían hecho valientes.
El hombre que mata un hombre, mata un hombre. El hombre que se mata, mata a todos los hombres.
La imaginación de que el cosmos no era vasto y vacío sino pequeño y confortable, ahora tenía un significado; porque cualquier obra de arte puede ser pequeña para la mirada del artista.
Pero ahora fui realmente feliz, porque había aprendido que el hombre es una monstruosidad.
VI. Las paradojas del cristianismo.
La vida no es ilógica; pero es una trampa para los lógicos. No simplemente que deduzca verdades lógicas, sino que cuando repentinamente se vuelve ilógico, es que ha encontrado una, diremos, ilógica verdad. He comenzado a sentir la filosofía cristiana tal como si fuera uno de esos milagros. El racionalismo me hizo pensar si la razón servía para algo. Deduje simplemente que el Cristianismo debía ser más magnífico y más perverso de lo que creían. Lo leí y lo creí, y de no haber leído algo diferente, seguiría creyéndolo.
La única objeción que se puede poner a la religión cristiana, es decir simplemente que es una religión.
Una institución histórica que nunca acierta es en realidad tan milagrosa como una que no puede equivocarse. Siempre la creencia mitiga el silencioso choque de dos emociones impetuosas. Porque Alicia tiene que volverse pequeña para entrar al País de las Maravillas. En esa mezcla se pierde la poesía de ser orgulloso y la poesía de ser humilde.
Es lo que yo llamo presentir las excentricidades ocultas de la vida. Es fácil ser un loco; es fácil ser un hereje. Siempre es fácil dejar que el mundo se salga con la suya; lo difícil es salirse con la de uno mismo.
Este es el asombroso romanticismo de la Ortodoxia. Y veo a la verdad tremenda vacilante, pero erguida.
Echando todo a perder
Todo pintaba de diferentes colores… estoy segura que eran matices diferentes a estos… te juro que eran sombras más claras… ¡contrastes más vivos!... paisajes más nítidos.
No. No, no, no. ¡No me gusta este cuadro!
Puedo arreglarle algunos detalles todavía. Pero va a seguir sin gustarme.
¡Lo voy a tirar a la basura! No, no… no se merece tampoco ser destruido.
¡Pero tampoco puede llevar mi firma!
Maldita sea, ¿a que hora se me ocurrió ponerle esta combinación?
Sí, sí ya se que al principio me pareció buena idea… ¿y qué? Pues no lo es, y ahora ¿qué?
Puedo empezar de nuevo… la verdad me da mucha flojera… una idea mala siempre saldrá mala y punto.
El lienzo no hace nada más que gritar lamentos, ya no quiero escucharlo, ¡tápalo ahorita mismo!
Ojala todo fuera magia… no hay nada mas que la magia. Pero no es, no es ¡no es!
Nunca nadie dijo que sería fácil.
Echando a perder se aprende.
Bueno ya… no lo tires todavía, pero bótalo en el desván, que se llene de polvo y telarañas, a lo mejor y así se vuelve más bonito un día que lo limpie otra vez.
No. No, no, no. ¡No me gusta este cuadro!
Puedo arreglarle algunos detalles todavía. Pero va a seguir sin gustarme.
¡Lo voy a tirar a la basura! No, no… no se merece tampoco ser destruido.
¡Pero tampoco puede llevar mi firma!
Maldita sea, ¿a que hora se me ocurrió ponerle esta combinación?
Sí, sí ya se que al principio me pareció buena idea… ¿y qué? Pues no lo es, y ahora ¿qué?
Puedo empezar de nuevo… la verdad me da mucha flojera… una idea mala siempre saldrá mala y punto.
El lienzo no hace nada más que gritar lamentos, ya no quiero escucharlo, ¡tápalo ahorita mismo!
Ojala todo fuera magia… no hay nada mas que la magia. Pero no es, no es ¡no es!
Nunca nadie dijo que sería fácil.
Echando a perder se aprende.
Bueno ya… no lo tires todavía, pero bótalo en el desván, que se llene de polvo y telarañas, a lo mejor y así se vuelve más bonito un día que lo limpie otra vez.
G.K. Chesterton II
IV. La ética en el país de los elfos.
¡Ah! Sí, cuando se es joven, se tienen esos ideales abstractos y esos castillos en el aire; pero llegando a la madurez, todos se desvanecen como nubes y se empieza a creer en la política práctica, a usar los medios de que se dispone y a reconciliarse con el mundo tal cual es.
Y no he perdido en absoluto mis ideales; mi fe es fundamentalmente exacta a lo que ha sido siempre. El hombre, es algo más imponente que los hombres; algo más sorprendente. El vulgar hombre sobre sus dos piernas, como tal, debería ser sentido como algo más emocionante que cualquier música, más sorprendente que cualquier caricatura. Morir es más trágico que morir de hambre. Enamorarse es más poético que languidecer en poesías.
El sentido milagroso de lo humano en sí, debe ser siempre algo más vívido para nosotros que todas las maravillas del poder, de la inteligencia, del arte o de la civilización.
Mientras la fantasía sea fantasía innata, puede ir tan lejos como le plazca. Las cosas en las cuales más creía entonces, las cosas en las cuales más creo ahora, son los llamados “cuentos de hadas.” El país de las hadas no es más que la radiante patria del sentido común. Estaba seguro de que existía el “hombre de la luna”, antes de estar seguro de que la luna existía.
Debemos contestar que es magia. Un árbol da frutas porque es un árbol mágico. El agua cae de la montaña porque está embrujada.
El sol brilla porque está encantado.
Solamente necesitamos cuentos. La vida resulta bastante interesante. En realidad, un bebé, pienso que aproximadamente, es la única persona que puede leer una novela realista moderna, sin aburrirse. Pero a pesar de que caminamos por las calles con una especie de admiración tardía, todavía es con admiración.
¿Puedo no agradecer a nadie el regalo de cumpleaños de mi nacimiento? Sentí y siento que en sí la vida es tan brillante como un brillante y tan frágil como un vidrio de ventana. Porque en los asuntos humanos, la variación generalmente la introduce la muerte y no la vida; el decaimiento o el quebranto de la fuerza o el deseo.
Siempre sentí que la vida, era en primer lugar como una historia; y si hay una historia, también hay un relator.
¡Ah! Sí, cuando se es joven, se tienen esos ideales abstractos y esos castillos en el aire; pero llegando a la madurez, todos se desvanecen como nubes y se empieza a creer en la política práctica, a usar los medios de que se dispone y a reconciliarse con el mundo tal cual es.
Y no he perdido en absoluto mis ideales; mi fe es fundamentalmente exacta a lo que ha sido siempre. El hombre, es algo más imponente que los hombres; algo más sorprendente. El vulgar hombre sobre sus dos piernas, como tal, debería ser sentido como algo más emocionante que cualquier música, más sorprendente que cualquier caricatura. Morir es más trágico que morir de hambre. Enamorarse es más poético que languidecer en poesías.
El sentido milagroso de lo humano en sí, debe ser siempre algo más vívido para nosotros que todas las maravillas del poder, de la inteligencia, del arte o de la civilización.
Mientras la fantasía sea fantasía innata, puede ir tan lejos como le plazca. Las cosas en las cuales más creía entonces, las cosas en las cuales más creo ahora, son los llamados “cuentos de hadas.” El país de las hadas no es más que la radiante patria del sentido común. Estaba seguro de que existía el “hombre de la luna”, antes de estar seguro de que la luna existía.
Debemos contestar que es magia. Un árbol da frutas porque es un árbol mágico. El agua cae de la montaña porque está embrujada.
El sol brilla porque está encantado.
Solamente necesitamos cuentos. La vida resulta bastante interesante. En realidad, un bebé, pienso que aproximadamente, es la única persona que puede leer una novela realista moderna, sin aburrirse. Pero a pesar de que caminamos por las calles con una especie de admiración tardía, todavía es con admiración.
¿Puedo no agradecer a nadie el regalo de cumpleaños de mi nacimiento? Sentí y siento que en sí la vida es tan brillante como un brillante y tan frágil como un vidrio de ventana. Porque en los asuntos humanos, la variación generalmente la introduce la muerte y no la vida; el decaimiento o el quebranto de la fuerza o el deseo.
Siempre sentí que la vida, era en primer lugar como una historia; y si hay una historia, también hay un relator.
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